miércoles, 25 de julio de 2012

Al capricho de las musas



Las musas son caprichosas. Algunos dirían, "como mujeres que son", yo digo que son como niñas, cuando les das un caramelo se contentan y enmudecen; sin embargo, cuando les falta el calor, apremian a la mente, asfixian al corazón y alaban a la tristeza que, ellas saben, siempre les proporcionará algo de lo que poder alimentarse.

La estabilidad es fatal. Todo el mundo sabe que las grandes obras se inspiran en las tragedias de la vida, en los peores crímenes, en las más sórdidas miserias, en las más puras y exacerbadas pasiones... ninguna gran obra se escribió con "el justo medio" tan arduamente defendido por Platón. 


Pero no es hora de filosofar, es hora de escribir, aunque sea una basura como esta que ni siquiera se la comerán las ratas... Confieso, a vosotros no, a mi difunta creatividad, que no sé dónde quedaron esos días en los que la inspiración salía a borbotones de mi cabeza, como si se tratara de un río de sangre que emana de la herida tras ser retirado el puñal... deben haberme curado mientras dormía... o tal vez mientras amaba. 


Pero, querida tristeza, no desesperes ni me hagas desesperar, que algún día volveré y volverás a ser grande, como la garrapata aferrada al escuálido perro. La desesperanza es lo último que se pierde.

lunes, 23 de julio de 2012

Marihuana



-¿Por qué fumas yerba?


+Es un acto político. En los 60 se dejaban melenas, practicaban el amor libre, fumaban porros... eran actos de rebeldía, simbolizaban un cambio de mentalidad, moral, ético... un cambio de paradigma.


Hoy en día no se fuma por querer ser libres, se fuma porque no lo somos, porque nos conformamos, porque es un desafío a la autoridad, pequeño, insignificante... pero un desafío; los porros ahora funcionan como un placebo, como una justificación de la apatía, su camuflaje y su escudo. 



lunes, 16 de julio de 2012

Paz y sencillez



Es todo tan tranquilo, tan calmado... los días rebosan sencillez, quietud, placidez; las ideas, en su frenético trascurrir se apaciguan en el remanso de paz que son tus ojos, en ese oasis en el desierto que es la vida, sujeta a la decadencia, a la monotonía, y a la más degradante rutina. Rutina insulsa que mata la creatividad, que acostumbra al genio; que no cabrea, sino que conforma; que acepta sin pelea...


Tus ojos... tú inspiras poesía, abanicas a la belleza cuando pestañeas, estimulas la mente y el carácter cuando hablas, me muestras como soy, me evidencias y, lo más sorprendente de todo, eres capaz de amar esa evidencia.


Pero, aún pensando tan distinto, divergiendo en lo cotidiano, coincidiendo en lo trascendental, apreciando la belleza, avalando la utilidad... nos entendemos y vivimos sumergidos en nuestra nube de paz y sencillez sin que nada nos perturbe, salvo nuestro lucha recurrente entre sueño y realidad, romanticismo y resignación, que hace valioso lo que tenemos, y a la vez especial y tan nuestro.



jueves, 5 de julio de 2012

Premisa


Si quieres una revolución, empieza por educar a tus hijos.