domingo, 3 de junio de 2012

Vela la luna






Los sueños, ante la imposibilidad de cumplirlos, se tornan pesadillas que nos atormentan, que nos torturan hasta dejarnos desfallecidos y así poder tomar el control de nuestras noches. La luna envuelve nuestras pesadillas. 


La belleza reside en las cosas sencillas, el olor a café recién hecho por las mañanas; un buen libro entre las manos; el tacto de la seda; rascarnos cuando nos pica... en realidad, a lo que aspiramos la mayoría de las personas es a tener la vida que queremos vivir. 


En estos días tan aciagos incluso la perspectiva de nuestra vida se torna una pesadilla, pues ni siquiera podemos asegurar vivir la vida que queremos vivir. Es triste... la imposibilidad, poética; que nos arrebaten nuestra vida, denigrante; pero es triste... es muy triste que estemos tan anulados que no seamos capaces de hacer nada, ya no de reaccionar, sino de darnos cuenta que nos están robando nuestra vida y, lo que es peor, nuestras ganas de vivir. 


Me asomo a las ventanas que se abren ante mi, ya que las puertas se han cerrado, y lo único que veo que merece la pena es la luna, con su sencilla belleza... entonces me invade la fuerza y de mis entrañas rescato a la fe... sí, tengo fe en que, aunque nos arrebaten la vida, no podrán arrebatarnos a la luna.  

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