sábado, 14 de abril de 2012

Un lugar llamado Mundo





Los océanos se empequeñecen, se estrechan; los mares, prácticamente inexistentes; el aire no es sólo la autopista de golondrinas, cigüeñas... y diversos animales vestidos con plumas y dotados de alas, de las de verdad, no la de los sueños; los continentes se recorren en un solo clic; los países borran sus fronteras o, en su defecto, las difuminan; las lenguas se estudian, se conocen, no son un problema; y el tiempo... el tiempo ahora más que nunca es insignificante. 


Ahora puedes girar un globo terráqueo en tu salón, detenerlo con el dedo índice y, en cuestión de horas, estar en el lugar elegido. En menos de segundos puedes buscar información sobre ese país, sobre el pueblo más recóndito, sus costumbres, sus tradiciones, su lengua, sus lugares turísticos y sitios de interés, su clima... y, con una sola llamada, organizar una escapada idílica e inolvidable que te enseñe formas de vida, personas y lugares que nunca creerías que verías o sí... tal vez ya lo hayas hecho por Internet.


Este es nuestro mundo actual, al alcance de un solo clic, cada vez más globalizado, internacionalizado, cada vez menos extraño... ahora es cuando más cerca estamos de ser "ciudadanos del mundo", como decía Sócrates. Y esto es algo bello, algo que emociona, que sobrecoge... ahora nuestro mundo no es más grande que un garbanzo, a lo sumo no es más grande que una aceituna, oliva, como dirían en Italia. Esta es una nueva realidad, muy poética, es una realidad que debería unirnos aún más, que debería hacernos sentir verdaderamente como lo que ahora sí que somos, ciudadanos del mundo... 


Toda esta nueva situación nos hace ser más empáticos al comprender mejor el resto de culturas que nos rodean, al estar más cerca de ellas, más influenciados o, simplemente, más informados. No dejamos de conocer, de aprender, no nos dejan de llegar estímulos, informaciones, imágenes, música... todo ello nos hace abrir nuestra mente, dejarla volar y ser conscientes de que no sólo existe nuestra realidad, sino que cada persona, cada país, cultura... tiene la suya. 


Todo esto debería hacernos mejores personas y no sólo erradicar ese miedo hacia lo extraño y lo extranjero... pero aun existe la segregación, aún existen las fronteras para algunos, otros, intentan imponer su cultura, y todos ellos no entienden que son uno solo, que ahora, más que nunca sí que son uno solo. Es política. Es economía. Es estupidez humana y, como siempre, la poesía se ignora... pese a su incuestionable belleza

1 comentario:

  1. En una palabra: MARAVILLOSO. Es tan cierto y tan triste. Cada vez hay más fronteras cuando debería haber menos, más estupidez humana, como tú dices, cuando la información y el desarrollo debería habernos quitado algo y nos tendría que haber dotado de cultura e inteligencia.

    Un saludo, me ha encantado.

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